Salgo del trabajando, llego corriendo a la escuela para buscarla, me gusta ese momento del reencuentro. Me gusta verla un ratito en la sala, disfruto ver cómo juega con sus amigos y amigas.
Me pregunto cómo habrá sido su tarde, qué actividades interesantes hizo, qué nuevos universos descubrió, qué desafíos tuvo.
Le pregunto: Cómo fue tu tarde en la escuela?
Me contesta: Bien
Fin de la historia.
Fin de la historia?
¿A alguien más le pasa? ¿Se quedan con ganas de saber más?
A mi me pasa bastante seguido y hace un tiempo entendí que ese querer saber es mío, que responde a mi necesidad y que muchas veces ella no tiene ganas de contarme en ese momento, que sale cansada, que está procesando algo que pasó en la tarde.
También me di cuenta que pasado ese momento del reencuentro, algunas cosas nos funcionan para conectar y habilitar los cuentos. Esto último es clave, habilitar y también respetar si igual con esto no hay ganas de contar, como nos pasa a nosotros y nosotras.
Te comparto algunas:
– Contarle sobre mi día, qué hice, qué me gustó, contarle alguna anécdota. También contarle si algo no me gustó o me puso triste por ejemplo.
Le re interesa que le cuente estas cosas y en general ella después me cuenta algo o me hace preguntas.
– En vez de preguntarle cómo estuvo tu día, hacerle preguntas más directas. Como:
¿Qué fue lo más divertido del día?
¿Hicieron alguna actividad nueva o interesante?
¿Con quién disfrutaste más de jugar?
¿Cuál fue la parte más difícil del día?
¿Hay algo que no te haya gustado?
La idea no es tampoco tirarle todas las preguntas juntas, sino que sirvan como para inciar el cuento.
¿A vos qué te funciona para comenzar la charla post escuela con tus peques?
Si probas alguna de las que te compartí, ¿me contás cómo te fue?